La música electrónica,  un bastión de la innovación y la creatividad, ha sido testigo de un cambio drástico en su paisaje sonoro en los últimos años. La nueva generación de DJs y productores parece estar más enfocada en el dinero y el marketing que en el auténtico talento musical, lo que plantea una amenaza a la riqueza y diversidad de este género. A medida que las redes sociales y las estrategias de promoción se convierten en el centro de atención, la música misma a menudo se sacrifica en el proceso.

Esta tendencia se manifiesta a través de la creciente homogeneidad en la música electrónica. Canciones que siguen fórmulas probadas, ritmos predecibles y colaboraciones superficiales llenan las listas de reproducción, desplazando a artistas con una visión musical genuina. En este mundo impulsado por las redes sociales, la carrera de un DJ se mide a menudo por el número de seguidores y la cantidad de patrocinadores, en lugar de la calidad de su música.

Entonces, ¿cómo podemos combatir este fenómeno y restaurar la autenticidad en la música electrónica? La solución radica en una mayor educación musical y en el apoyo a los artistas que se atreven a ser diferentes. Los oyentes deben educarse y aprender a discernir entre la música producida en serie y la verdadera creatividad. Además, la industria musical y los promotores tienen la responsabilidad de fomentar y respaldar a artistas con una visión artística auténtica, en lugar de aquellos que simplemente siguen las tendencias. En última instancia, solo mediante un esfuerzo conjunto de la comunidad musical y los oyentes, podremos revitalizar la esencia de la música electrónica y devolverle su brillo original, donde el talento musical prevalece sobre el dinero y el marketing.